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Hoy en Marzo del 2008 cumplimos 30 años de vida, han pasado por esta Parroquia los Pbros. Francisco Zepeda, Evodio Sánchez(finado), José Soria, Eusebio Ambrosio Florean, y ahora nuestro Pbro. Marcelo de Jesús Ramírez Ramírez.
Suena el móvil. Avisan que ha fallecido un feligrés. Curiosamente no lo conocía, no estaba en la lista de los enfermos que visitamos.Tampoco, la familia se tomó nunca la molestia de avisar de que uno de sus miembros estaba mal. Y todo ello, a pesar de que hemos recordado repetidas veces la importancia de comunicar a la parroquia la existencia de enfermos en las familias. Una lástima por ellos, hubieran tenido un apoyo mayor para poder llevar mejor el dolor, pero toda opción es respetable, aunque en este caso yo no la comparta.
Existen personas que se encierran en ellas y creen no necesitar de los demás. Incluso, piensan que Dios no les aporta nada. Claro, hay quienes en vida se acuerdan de Dios en momentos puntuales; al menos permanecen abiertos a la trascendencia. Lo peor y lo más triste es que hay gente que cierra totalmente las puertas del corazón al amor de Dios y viven conscientemente de espaldas a Él.
Y ante situaciones como éstas , que desafortunadamente suceden en muchos lugares, me interrogo. Por eso cuestiono ¿merece la pena tener en cuenta sólo a Dios cuando uno ya ha muerto? ¿Podría ser más consecuente con una vida que ha marginado totalmente a Dios, no pedir ningún tipo de acto religioso llegado el momento del entierro? ¿Sería al menos , no solamente más coherente, sino una actitud más reflexiva y madura?Ahí dejo esas cuestiones abiertas, sin responder. Por mi parte, soy feliz porque sé que en el horizonte de mi vida, hay Alguien que anima y guía mis pasos. No saben lo que se pierden los que viven intencionadamente alejados de Él. Pido por ellos.
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