domingo, 27 de abril de 2008

"Dale tiempo a Dios"

Si tienes un problema muy agobiante, una necesidad muy grande en tu vida, tal ves el problema es que monopolizas toda la platica con Dios y no le estas escuchando a El, para nada.
1o !Deja de hablar tanto y toma tiempo para escuchar! Escucha la palabra de Dios, quédate en silencio y deja que El te hable. Cuando estés en silencio, esperando en El, escucharás, un susurro, una suave voz. Alguien llamó a eso "Un impulso divino", pues es una impresión en tu corazón indicándote que tienes que hacer algo en particular. Algunas personas creen que orar, significa, seguir pidiendo y pidiendo, seguir hablando y rezando y rogándole al Señor con una gran palabrería y una gran insistencia para convencerlo de que nos conceda lo que nosotros queremos. Este tipo de oración no demuestra mucha fe, ni confianza en que El, va a responder. Todo lo contrario, demuestra tu falta de fe e incredulidad, pues dudas que El ya te oyó y que la respuesta esta en camino. Cuando ores no necesitas seguir pidiendo, pidiéndole siempre lo mismo e insistir con tantas palabras, tratando de expresar lo que quieres. Lo que en verdad necesitas es seguir "CREYENDO" y "ESPERANDO CON FE". Espera que Dios te responderá. La respuesta esta en camino, Dios responderá. ¿Sabías que el sentido más sublime de la oración no es, insistir o demandar a Dios?, es entrar en comunión con El, remontando todo nuestro ser hacia los cielos y esperando con fe la respuesta Divina. Unas palabras por Martha Snell-Nicholson dice así. A veces no oro con palabras, tomo mi corazón en mis dos manos, lo alzo hacia el Señor, yo se que El me entiende, ha veces no oro con palabras, mi espíritu se postra en sus pies y con su mano sobre mi cabeza, nos comunicamos en dulce silencio. A veces no oro con palabras, pues estoy cansada y deseo reposar y mi corazón encuentra todo lo que anhela, reposando sobre el gentil regazo de mi Salvador. Si has orado mucho y aún no recibes la respuesta a tus peticiones y sientes como si los cielos están cerrados y El se ha hecho el sordo a tus ruegos y oraciones, recuerda esto; ninguna oración sincera a nuestro Padre Celestial, ha sido ignorada y no ha sido respondida, pero también es verdad que Dios tiene su tiempo para el cumplimiento de su propósito;El sabe lo que es mejor para sus hijos, y a veces usa formas para disciplinarnos y enseñarnos y eso lleva tiempo.Aquí tienes una pequeña oración.
"Dale tiempo a Dios", Señor, Dios todo poderoso, rico en misericordia y perdón, ve nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar. Te pido nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos. Amén.
Recuerda que la fe mueve montañas, fe curativa a tus enfermedades del cuerpo y del alma, para sentirte sano, debes lanzar la fe contra los temores y problemas hasta pulverizarlos, debemos creer en nuestras metas, creer en nuestra santidad, creer en mi unión con Cristo, aplasta todos tus pensamientos viejos, tus "no se", "no puedo", "es imposible", todo esto con el mazo de tu nueva fe. La fe es mas fuerte que el miedo. Si crees en la fe, te verás libre de viejas cadenas que nunca pensaste superar. El hombre nuevo abre brecha en tu Espíritu con fuerza imbatible, cree en ese hombre nuevo que esta emergiendo de las cenizas, la fe mueve montañas, pero recuerda solo mueve esas que nos atrevemos a mover!.

"Sabiduría Indígena"

Un viejo Cacique de una tribu, estaba charlando con sus nietos, acerca de la vida! y les dijo!.
Una gran pelea esta ocurriendo dentro de mi, entre dos lobos. Uno de los lobos es la maldad, el temor, la mentira, la envidio, el dolor, el rencor, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la amargura, la inferioridad, la mentira, el orgullo, el egoísmo, la competencia y la superioridad. El oro lobo es la bondad, la alegría, la humildad, la dulzura, la generosidad, la benevolencia, la amistad, la sinceridad, la sencillez, la misericordia, la verdad, la solidaridad, la compasión y la fe.
Esta misma pelea esta ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres en la tierra. Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó al abuelo. Y cual de los lobos crees que ganara?, y el vijeo le contestó. " Al que tu alimentes, ese ganará".

jueves, 24 de abril de 2008

"Catecismo en casa"

Hola hemos encontrado una página donde encontrarás Catecismo en casa en vídeo-clips y audios, es una página maravillosa, enriquecedora, con temas muy interesantes, te sacara de muchas dudas y lo increíble es que puedes seguir haciendo tus labores y estar escuchando la Palabra de Dios, en tu mismo hogar a cualquier hora del día , te invitamos a ponerla en tus favoritos, que estamos seguros que la vas a incluir, y que más que recomendarla. Una ves que la escuches no la dejarás.
http://www.cristiandadfm.com.ar/

martes, 22 de abril de 2008

Pentecostes, ¿Cual es la diferencia entre Gracia y Don?

El 10 de Mayo día de Pentecostes. Una festividad universal de la iglesia, mediante la cual se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, a los cincuenta días después de la Resurrección de Cristo.

¿Qué es la Gracia?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios, hijos adoptivos partícipes de la naturaleza divina, de la vida eterna.

Al hablar de gracia se hace una distinción:

a) Gracia Santificante: Es una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. Y esta la recibimos en el Bautismo y cuando la perdemos por el pecado mortal la recuperamos en el Sacramento de la Confesión.

b) Gracia Actual: Son las intervenciones de Dios en nuestras vidas para ayudarnos a la conversión y al crecimiento en santidad. Es decir, son aquellas gracias que Dios derrama en momentos específicos de nuestras vidas en los que recibimos una luz nueva sobre la vida de Dios y la vida en Dios, o en un momento de tentación para poderla soportar y vencer, o las gracias que se nos dan en un momento de sufrimiento o prueba que nos ayudan a tener la fortaleza necesaria para soportalo. Estas gracias son auxilios momentáneos de parte de Dios para ayudarnos en nuestro diario vivir.

La gracia aumenta a medida que permitimos al Espíritu Santo actuar por la participación en los sacramentos, la oración y la vida virtuosa - todo por los méritos de Cristo. La gracia nos asemeja a la vida de Cristo: sus virtudes, forma de pensar y actuar.

¿Qué son los dones?

Nuevamente volviendo al Catecismo, cuando se habla de "dones" se refiere a aquellos "regalos" que nos da el Espíritu Santo. Los Dones son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.

Los dones de santificación son aquellas disposiciones que nos hacen vivir la vida cristiana completando y llevando a su perfección las virtudes en nuestras vidas. Estos son siete y la Iglesia se refiere a ellos como "los dones del Espíritu Santo". Estos dones se recibieron en el Bautismo, pero están como regalos sin abrir; luego en la Confirmación volvemos a recibir una efusión del Espíritu para desarrollarlos.

Los carismas: Además de los dones de santificación, el Espíritu Santo nos da carismas de los que habla San Pablo: " Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común, ..."(I Corintios 12:4-13).

Los carismas son como herramientas. A todos se nos da la gracia pero a cada uno carismas diferentes según nuestra misión. Estos se pueden usar bien o mal. No son condición ni garantía de santidad. Ya que Dios nos creó libres, los carismas se pueden usar bien o mal. Se puede dar el caso de alguien que tenga grandes dones - como el don de la palabra, sanación, lenguas, etc pero no viva en gracia, como fue el caso del hijo pródigo que partió de la casa paterna a malgastar los bienes entregados por él.

Concluyendo: mientras la gracia es participación de la vida divina, los dones son regalos para ayudarnos a vivir esa vida de la gracia y para edificar a la iglesia.

Todos los fieles, debemos invocar al Espíritu Santo y pedirle que renueve en nosotros las gracias y dones que hemos recibido para que nuestra vida cristiana sea testimonio fiel de nuestro Señor Jesucristo y podamos llevar al mundo entero la Luz de Cristo.
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lunes, 21 de abril de 2008

Jesús en la ventana

Había un niño llamado Pedro, que visitaba a sus abuelos en una granja, le regalaron una resortera para que jugara en el campo. Él practicó todo el día pero nunca pudo darle a su objetivo.Ya un poco desanimado volvió a su casa para la cena, mientras caminaba de regreso vió el pato mas querido de su abuela. Y como impulso, el le dejó caer un golpe con la resortera. Le pegó al pato y murió, estaba impresionado y consternado, entró en un momento de pánico, escondió al pato en una pila y en ese momento se dio cuenta que su hermana Lety lo había visto todo, pero ella no dijo nada. Después del almuerzo del día siguiente, la abuela dijo a Lety, vamos a lavar los platos, pero Lety dijo, "Abue mi hermano Pedro me dijo que él quería ayudarte en la cocina", luego le susurró a su hermano Recuerdas lo del pato? así que Pedro lavó todos los platos, mas tarde, ese día, el abuelo les pregunto a sus nietos que si querían ir a pescar, y la abuela dijo, lo siento! pero Lety me acompañará a las compras. Lety solo sonrió y dijo, Abue no hay problema, porque Pedro me dijo que el quería ayudarte en todo. y nuevamente le susurró al oído, te acuerdas lo del pato?. Así que salió corriendo y se fue con el abuelo a pescar y Pedro se quedó a ayudar a la abuela. Después de varios días en los cuales Pedro hacia las tareas como las de lety, finalmente ya no pudo soportarlo y le confesó a la abuela que había matado a su pato. La abuela se arrodilló y le dijo abrazándolo, "Corazón si yo lo se!, sabes? yo estaba en la ventana y vi todo lo que pasó, pero porque te quiero te perdono. Solo me preguntaba cuanto tiempo más permitirías que Lety te hiciera su esclavo. Lo que sea que hayas hecho y el diablo continúe restregándotelo en tu cara, (mentiras, deudas, falta de perdón, miedos, odios, ira, amargura, etc, lo que sea, tu necesitas saber que Jesús estaba parado en la ventana y Él lo vio todo, Él ha visto tu vida completa, Él quiere que sepas que te ama, que estas perdonado, Él solo se está preguntando cuanto tiempo dejarás que el diablo te haga su esclavo.Lo maravilloso de Jesús, es que cuando tú pides perdón, Él no solo te perdona, si no que Él olvida, porque somos salvados por medio de la Gracia y Misericordia de Jesús. Recuerda siempre que Jesús está en la ventana, los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos. Provervio 15. Todos nacemos libres, pero nuestras malas acciones nos esclavizan. "Zuni"

sábado, 19 de abril de 2008

El Papa cumple 81 años. Benedicto XVI (Joseph Ratzinger)

Cuando era niño, pudo tocar el drama de un pueblo sometido a la ideología atea y racista de Adolf Hitler, uno de los más trágicos representantes de la “cultura de la muerte”.

Desde joven, en medio del profundo avance del mal que invadía Alemania y otros países, pudo percibir el Amor de Jesucristo. Sintió que Dios le llamaba, acogió una invitación superior a servir a sus hermanos en la Iglesia. Dijo que sí, fue aceptado en un seminario. En 1951, con 24 años, recibió la ordenación sacerdotal, mientras su Patria salía poco a poco de sus ruinas, y en Europa millones de seres humanos vivían sometidos a dictaduras despiadadas.
Ratzinger inició pronto una intensa vida de estudios. Llegó a ser profesor, trabajó en el Concilio Vaticano II como experto, dio conferencias, escribió libros.

En 1977, casi por sorpresa, el Papa Pablo VI lo invitó a dar un nuevo paso: ser obispo de Munich, y luego cardenal. Los libros y las clases quedaron en suspenso: el sacerdote profesor se convertía en pastor de un gran número de hermanos.

Cuando el alma está disponible, Dios no deja de pedir nuevos senderos. En 1981, Juan Pablo II quiso que el cardenal Ratzinger viniese a Roma, ayudase al Papa en un puesto difícil y hermoso: la Congregación para la doctrina de la fe. El cardenal dijo nuevamente “sí”. El sí dado al Papa era continuación de un sí más profundo e íntimo a Jesucristo.

El tiempo pasó lento, en años y años de decisiones a veces sufridas, con casos difíciles. El cardenal Ratzinger, amado por muchos, criticado por otros, esperaba la llegada de la paz, soñaba con un retiro sereno para volver a las conferencias y a los libros.

Dios, nuevamente, intervino. “Otro te ceñirá y te llevará donde no quieras”. El 19 de abril de 2005 el cónclave había escogido como Papa a Joseph Ratzinger...

Este 16 de abril será, ciertamente, un cumpleaños intenso, ahora en su visita a Estados Unidos. El Papa sentirá, en sus espaldas, el peso del tiempo y la Mano de quien le dijo “sígueme” hace muchos, muchos años, en una Alemania herida por una ideología despiadada, que necesitaba entonces, como ahora y siempre, un poco de amor y de consuelo.

El Papa cumple 81 años. Los católicos elevamos por él una oración sentida, cordial, fraterna. Cristo, desde el cielo, no deja de guiar sus pasos y de iluminar su palabra. Algún día el Maestro dirá a su servidor: “entra en el gozo de tu Señor”. Mientras ese día llegue, un anciano Papa, de ojos vivos, seguirá con las manos sobre el timón, como Pedro, y echará las redes en el inquieto océano humano.

El milagro de la pesca lo realizará, nuevamente, Cristo. Muchos corazones descubrirán, gracias a la ayuda del Papa, que la vida tiene un sentido, que el Amor es la vocación más bella de la vida humana, que un Padre nos tiene preparados un hogar, para siempre, en los cielos.


¡Muchas felicidades, Santo Padre!

lunes, 14 de abril de 2008

"Descubre dentro de tu corazón la mirada de Dios"

Autor: P. Cipriano Sánchez LC
Es demasiado fácil dejar pasar el tiempo sin profundizar, sin volver al corazón. Pero cuando el tiempo pasa sobre nosotros sin profundizar en la propia vocación, sin descubrir y aceptar todas sus dimensiones, estamos quedándonos sin lo que realmente importa en la existencia: el corazón (entendido como nuestra facultad espiritual en la que se manejan todas las decisiones más importantes del hombre). El corazón es el encuentro del hombre consigo mismo.

“Volved a mí de todo corazón”. Son palabras de Dios en la Escritura. No podemos regresar auténticamente a Dios si no es desde el corazón, y tampoco podemos vivir si no es desde el corazón. Dios llama en el corazón, pero, en un mundo como el nuestro, en el cual tan fácilmente nos hemos olvidado de Dios, en un mundo sin corazón, a nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, nos cuesta llegar al corazón. Dios llama al corazón del hombre, a su parte más interior, a ese yo, único e irrepetible; ahí me llama Dios.

Yo puedo estar viviendo con un corazón alejado, con un corazón distraído en el más pleno sentido de la palabra. Y cuánto nos cuesta volver. Cuánto nos cuesta ver en cada uno de los eventos que suceden la mano de Dios. Cuánto nos cuesta ver en cada uno de los momentos de nuestra existencia la presencia reclamadora de Dios para que yo vuelva al corazón. El camino de vuelta es una ley de vida, es la lógica por la que todos pasamos. Y mientras no aprendamos a volver a la dimensión interior de nosotros mismos, no estaremos siendo las personas auténticas que debemos de ser.

Podría ser que estuviésemos a gusto en el torbellino que es la sociedad y que nuestro corazón se derramase en la vida de apariencia que es la vida social. Pero es bueno examinarse de vez en cuando para ver si realmente ya he aprendido a medir y a pesar las cosas según su dimensión interior, o si todavía el peso de la existencia está en las conveniencias o en las sonrisas plásticas.

¿Pertenezco yo a ese mundo sin corazón? ¿Pertenezco yo a ese mundo que no sabe encontrarse consigo mismo? Dios llama al corazón para que yo vuelva, para que yo aprenda a descubrir la importancia, la trascendencia que tiene en mi existencia esa dimensión interior. Estamos terminando la Cuaresma, se nos ha ido un año más de las manos, recordemos que es una ocasión especial para que el hombre se encuentre consigo mismo.

Curiosamente la Cuaresma no es muy reciente en la historia de la Iglesia, los apóstoles no la hacían. La Cuaresma viene del inicio de la vida monacal en la Iglesia, cuando los monjes empiezan a darse cuenta de que hay que prepararse para la llegada de Cristo. Todavía hoy día hay congregaciones que tienen dos Cuaresmas. Los carmelitas tienen una en Adviento, cuarenta días antes de Navidad, y tienen cuarenta días antes de Pascua, de alguna manera significando que a través de la Cuaresma el espíritu humano busca encontrarse con su Señor. Las dos Cuaresmas terminan en un particular encuentro con el Señor: la primera en el Nacimiento, en la Natividad, en la Epifanía, como dicen estrictamente hablando los griegos; y la segunda, en la Resurrección. Si en la primera manifestación vemos a Cristo según la carne; en la segunda manifestación vemos a Cristo resucitado, glorioso, en su divinidad.

De alguna manera, lo que nos está indicando este camino cuaresmal es que el hombre que quiera encontrarse con Dios tiene que encontrarse primero consigo mismo. No tiene que tener miedo a romper las caretas con las que hábilmente ha ido maquillando su existencia. El hombre tiene que aprender a descubrir dentro de su corazón la mirada de Dios.

Para este retorno es necesario crear una serie de condiciones. La primera de todas es ese aprender a ensanchar el espacio de nuestro espíritu para que pueda obrar en nuestro corazón el Espíritu Santo. Ensanchar nuestro espíritu a veces nos puede dar miedo. Ensanchar el corazón para que Dios entre en él con toda tranquilidad, no significa otra cosa sino aprender a romper todos los muros que en nosotros no dejan entrar a Dios.

¿Realmente nuestro espíritu está ensanchado? ¿Mi vida de oración realmente es vida y es oración? ¿Realmente en la oración soy una persona que se esfuerza? ¿Consigo yo que mi oración sea un momento en el que Dios llena mi alma con su presencia o a veces con su ausencia? Dios puede llenar el corazón con su presencia y hacernos sentir que estamos en el noveno cielo; pero también puede llenarlo con su ausencia, aplicando purificación y exigencia a nuestro corazón.

Cuando Dios llega con su ausencia a mi corazón, cuando me deja totalmente desbaratado, ¿qué pasa?, ¿Ensancho el corazón o lo cierro? Cuando la ausencia de Dios en mi corazón es una constante —no me refiero a la ausencia que viene del sueño, de la distracción, de la pereza, de la inconstancia, sino a la auténtica ausencia de Dios: cuando el hombre no encuentra, no sabe por dónde está Dios en su alma, no sabe por dónde está llegando Dios, no lo ve, no lo siente, no lo palpa—, ¿abrimos el espíritu?, ¿Seguimos ensanchando el corazón sabiendo que ahí está Dios ausente, purificando mi alma? O cuando por el contrario, en la oración me encuentro lleno de gozo espiritual, ¿me quedo en el medio, en el instrumento, o aprendo a llegar a Dios?
Cuando nuestra vida es tribulación o es alegría, cuando nuestra vida es gozo o es pena, cuando nuestra vida está llena de problemas o es de lo más sencilla, ¿sé encontrar a Dios, sé seguirle la pista a ese Dios que va abriendo espacio en el corazón y por eso me preocupo de interiorizar en mi vida? Uno podría pensar: ¿Cuál es mi problema hoy? ¿Hasta qué punto en este problema —un hijo enfermo, una dificultad con mi pareja, algún problema de mi hijo—, he visto el plan de Dios sobre mi vida?

Tenemos que experimentar la gracia de esta convicción, hay que ensanchar el corazón abriéndolo totalmente a la acción transformadora del Señor. Sin embargo, nunca tenemos que olvidar, que contra esta acción transformadora de Dios nuestro Señor hay un enemigo: el pecado. El pecado que es lo contrario a la Santidad de Dios. Y para que nos demos cuenta de esta gravedad, San Pablo nos dice: “Dios mismo, a quien no conoció el pecado, lo hizo pecado por nosotros”. Pero, mientras no entremos en nuestro corazón, no nos daremos cuenta de lo grave que es el pecado.

Cuando yo miro un crucifijo, ¿me inquieta el hecho de que Cristo en la cruz ha sido hecho pecado por mí, de que la mayor consecuencia del pecado es Cristo en la cruz? ¿Me ha dicho Dios: quieres ver qué es el pecado? Mira a mi Hijo clavado en la Cruz.

Cuando uno piensa en el hambre en el mundo; o cuando uno piensa que en cada equis tiempo muere un niño en el mundo por falta de alimento y por otro lado estamos viendo la cantidad de alimento que se tira, preguntémonos: ¿No es un pecado contra la humanidad nuestro despilfarro? No el vivir bien, no el tener comodidades, sino la inconsciencia con la que manejamos los bienes materiales. ¿Nos damos cuenta de lo grave que es y lo culpable que podemos llegar a ser por la muerte de estos hermanos?

¿Me doy cuenta de que cada persona que no vive en gracia de Dios es un muerto moral? ¿No nos apuran la cantidad de muertos que caminan por las calles de nuestras ciudades? Tengo que preguntarme: ¿Me preocupa la condición moral de la gente que está a mi cargo? No es cuestión de meterse en la vida de los demás, pero sí preguntarme: ¿Soy justo a nivel justicia social? ¿Me permito todavía el crimen tan grave que es la crítica? ¿Me doy cuenta de que una crítica mía puede ser motivo de un gravísimo pecado de caridad por parte de otra persona?

Siempre que pensemos en el pecado, no olvidemos que la auténtica imagen, el auténtico rostro donde se condensa toda la justicia, todo desamor, todo odio, todo rencor, toda despreocupación por el hombre, es la cruz de nuestro Señor.

El abandono que Cristo quiere sufrir, el grito del Gólgota: “¿Por qué me has abandonado?” pone ante nuestros ojos la verdadera medida del pecado. En Cristo esta medida es evidente por la desmesurada inmensidad de su amor. El grito: “¿Por qué me has abandonado?” es la expresión definitiva de esta medida. El amor con el que me ha amado, el amor que ama hasta el fin. ¿He descubierto esto y lo he hecho motivo de vida; o sólo motivo de lágrimas el Viernes Santo? ¿Lo he hecho motivo de compromiso, o sólo motivo de reflexión de un encuentro con Cristo? ¿Mi vida en el amor de Dios se encierra en ese grito: ¿“Por qué me has abandonado”?, que es el amor que ama hasta el último despojamiento que puede tener un alma?

Es necesario volver al interior, descubrir la llamada de Dios a la entrega y al compromiso, volver a la propia vocación cristiana en todas sus dimensiones. Y para lograrlo es necesario abrir primero nuestro espíritu a Dios y comprender la gravedad del pecado: del pecado de omisión, de indiferencia, de superficialidad, de ligereza. Es ineludible volver a la dimensión interior de nuestro espíritu, en definitiva, no ir caminando por la vida sin darnos cuenta que en nosotros hay un corazón que está esperando ensancharse con el amor de Dios.

Quiero hecharme a perder o dar frutos?

"Cada uno de nosotros es un grano de trigo"
Jn 12, 24-26
Podremos hacer muchas cosas o tener grandes posesiones, pero nunca debemos perder de vista que lo importante es el bien que hacemos a los demás. Ésa tiene que acabar siendo nuestra más importante y auténtica riqueza.

Dios ama al que da con alegría, y en el Evangelio escuchábamos una parábola de nuestro Señor sobre este darse. Darse significa que, como el grano de trigo, uno tiene que caer en la tierra y pudrirse para dar fruto. Es imposible darse con comodidad, es imposible darse sin que nos cueste nada. Al contrario, el entregarse verdaderamente a los demás y el ayudar a los demás siempre nos va a costar.

Vivimos en un mundo de muchas comodidades, y no sé si nosotros seríamos capaces de resistir el sufrimiento, cuando cosas tan pequeñas, tan insignificantes, a veces nos resultan tan dolorosas. La fe nos pide ser testigos de Cristo en la vida diaria, en la caridad diaria, en el esfuerzo diario, en la comprensión diaria, en la lucha diaria por ayudar a los demás, por hacer que los demás se sientan más a gusto, más tranquilos, más felices. Ahí es donde está, para todos nosotros, el modo de ser testigos de Cristo.

Tenemos que entregarnos auténticamente, entregarnos con más fidelidad, entregarnos con un corazón muy disponible a los demás. Cada uno tiene que saber cuál es el modo concreto de entregarse a los demás. ¿Cómo puedo yo entregarme a los demás? ¿Qué significa darme los demás?

Ciertamente, para todos nosotros, lo que va a significar es renunciar a nuestro egoísmo, renunciar a nuestras flojeras, renunciar a todas esas situaciones en las que podemos estar buscándonos a nosotros mismos.

Jesucristo nos dice en el Evangelio que todo aquél que se busca a sí mismo, acabará perdiéndose, porque acaba quedándose nada más con el propio egoísmo. La riqueza de la Iglesia es su capacidad de entrega, su capacidad de amor, su capacidad de vivir en caridad. Una Iglesia que viviese nada más para sí misma, para sus intereses, para sus conveniencias sería una Iglesia que estaría viviendo en el egoísmo y que no estaría dando un testimonio de fe. Y un cristiano que nada más viva para sí mismo, para lo que a uno le interesa, para lo que uno busca, sería un cristiano que no está dando fruto.

Dios da la semilla, a nosotros nos toca sembrar. Dios nos ha dado nuestras cualidades, a nosotros nos toca desarrollarlas; Dios nos ha dado el corazón, el interés, la inteligencia, la voluntad, la libertad, la capacidad de amar; pero el amar o el no amar, el entregarnos o no entregarnos, el ser egoístas o ser generosos depende sola y únicamente de nosotros.

Es en la generosidad donde el hombre es feliz, y es en el egoísmo en donde el hombre es auténticamente desgraciado. Aunque a veces la generosidad nos cueste y nos sea difícil; aunque a veces el ser generosos signifique el sacrificarnos, es ahí donde vamos a ser felices, porque sólo da una espiga el grano de trigo que cae en la tierra y se pudre, se sacrifica, mientras que el grano de trigo que se guarda en un arcón acaba estropeándose, se lo acaban comiendo los animales o echándose a perder.

Cada uno de nosotros es un grano de trigo. Reflexionemos y preguntémonos: ¿Quiero echarme a perder o dar frutos? Y recordemos que sólo hay dos tipos de personas en esta vida: los que quieren echarse a perder y se guardan para sí mismos en el egoísmo; o los que entregándose, acaban por dar fruto.

viernes, 11 de abril de 2008

"Carta para cristianos solteros que no van a la Iglesia"

He aquí una exhortación muy interesante traducida y remitida por nuestra buena amiga Martha Miranda

Autor: Camerin Courtney

Muchachos:
Primero que nada, déjenme empezar por decir que los comprendo. Yo sé que no es fácil ponernos en su lugar en una banca en esta época. Algunos libros como “Salvaje en el Corazón” “Por qué los hombres odian ir a la Iglesia” y “No más Cristianos Buena Onda” han despertado conciencia respecto a qué tan feminizadas se ha hecho la iglesia. Demasiado abrazarse y tomarse de las manos, emocionalismo y nada de poner los puntos sobre las ìes. Demasiado Jesús manso y humilde, insuficiente obrador de milagros y campeón de los pobres. Demasiado canto y baile y poco compromiso.
Una vez le dije a una amiga que ir a la iglesia siendo una mujer soltera a veces se siente como una esposa que no puede tener hijos que va a un baby shower todos los Domingos por la mañana. Demasiado –muy comprensible- enfoque en la familia, y sin embargo con muchas oportunidades para que el 4% de la población adulta (en los Estados Unidos) que está soltera se sienta ignorada. Mi amiga asintió con la cabeza demostrando lo mucho que está de acuerdo. Si esto es cierto en nosotros, solamente me puedo imaginar que el reto para ustedes es exponencialmente peor.
Si los estereotipos son ciertos, a ustedes muchachos, por mucho, les gusta sentirse necesarios. Y estoy segura que la Iglesia no es una excepción. He escuchado a los hombres quejarse de que los espacios para servir en su iglesia son muy limitados. Un lector me escribió diciendo que si él se ofreciera como voluntario para ayudar a cuidar niños en su iglesia sería considerado – siendo un hombre soltero – como un pedófilo en potencia. Desde mi punto de vista, los principales espacios para servir que tiene un soltero en muchas iglesias es en un ministerio de Música o Grupo de Jóvenes. Si tú no estás en alguno de estos servicios, estoy segura de que puedes sentirte restringido.
Me pregunto si las oportunidades de liderazgo están también limitadas para tí. Podría contar con los dedos de la mano (realmente, con un dedo) la cantidad de solteros que he visto en el Consejo Pastoral de las iglesias de las que he formado parte durante los últimos 30 años. ¿Será que no van a la iglesia los hombres tipo líder o que las puertas no están abiertas para ellos? Cualquiera que sea la respuesta correcta, es un problema.
Si te animas a aparecer en alguna clase del grupo de solteros de la iglesia que está poblada por más mujeres que hombres – como muchas de las iglesias – apuesto que puedes llegar a sentirte como un pedazo de carne que se le avienta a un grupo de leones hambrientos. O estás aburrido y deseando estar en casa viendo algún partido en la televisión en vez de estar sentado allí en lo que podría sentirse como una reunión para puras mujeres. O inmediatamente te piden que dirijas un grupo de estudio de la Biblia o que ayudes a planear un evento de la comunidad.

En general, sé que es posible que tú, a veces, te sientas aislado, invisible, presionado, incomprendido o escrutinizado cuando te animas a poner un pie en la puerta de la iglesia. Estos sentimientos por sí solos son difíciles de superar, pero de alguna manera el experimentarlos en un lugar que supuestamente es un santuario – la Casa de Dios - hace que sean mucho peor.
O quizá has sido influenciado por el ideal del americano solitario independiente y piensas que tú no necesitas a la iglesia. Puedes orar y leer la Biblia tú solo, muchas gracias. Incluso puedes tener la habilidad para hacer eso con mayor fidelidad y frutos por ti mismo.
Y sin embargo…
El Cuerpo de Cristo te necesita. De hecho, estamos incompletos sin ti. Muchas de nuestras iglesias han estado cojeando junto contigo, porque eres una parte vital del cuerpo que hace falta. Carecemos de tus talentos, observaciones y manos dispuestas a servir.
Recientemente me integré a un grupo en mi iglesia. Nuestro equipo de seis personas está formado por tres hombres casados y tres solteros. Yo he servido al menos en una media docena de diferentes grupos de servicio/liderazgo durante los diez años que tengo en mi comunidad actual, y nunca he servido junto a un hombre soltero. No quiero decir que estoy molesta porque no me haya tocado trabajar con un soltero en estos grupos, lo que quiero decir es que me hubiera encantado conocer tus opiniones. Hubiéramos sido un equipo más fuerte si tus habilidades y perspectivas hubieran sido tomadas en cuenta también.
Durante los dos últimos meses, tres amigas diferentes me han confiado su atracción por hombres inapropiados – hombres que están casados o que no comparten su fe. Las tres amigas me dijeron que están conscientes de que esos muchachos no son el tipo de hombre que están esperando, pero las tres también me han dicho – con una frustración palpable en su voz – que no ven hombres apropiados por los cuales interesarse en ninguna parte. En sus iglesias u otras comunidades cristianas no ven a ningún cristiano soltero que puedan considerar como prospecto. Con esto no quiero decir que sus luchas son tu culpa, y no estoy tratando de hacerte un chivo expiatorio por sus tentaciones. Lo que quiero decir es que ellas serían al menos un poco menos susceptibles a caer en una atracción malsana si observaran a su alrededor los Domingos por la mañana y te vieran allí.
Desde una perspectiva completamente personal, cuando te veo como un posible candidato al matrimonio, siento un poco de recelo. Si dejas la iglesia cuando las cosas se ponen incómodas y difíciles, ¿cómo me puedo asegurar que no vas a hacer lo mismo en un matrimonio una vez que las cosas se pongan también incómodas y difíciles (como inevitablemente se van a poner)? ¿En donde está la prueba de obediencia y compromiso para tu vida? No te estoy pidiendo que seas un gigante espiritual; solamente te pido que vengas a la iglesia. Y tengo esperanzas de que vivas como si realmente significara algo para ti cuando dices que eres cristiano – al menos tan bien como cualquier ser humano -pecador como nosotros- lo puede ser.
También me preocupo por ti. No es fácil ser como Cristo en nuestra sociedad materialista, narcisista y saturada de sexo. Y no estamos diseñados para estar solos. Necesitamos una comunidad, dar cuentas a alguien más, darnos ánimo unos a otros. Yo estaría más que feliz en motivarte al amor y a las buenas obras, descubrir juntos cómo vivir en el mundo sin ser del mundo. Sé que Dios nos dijo que no dejáramos la práctica de reunirnos (Hebreos 10:25) no como un gobernador legalista sino como un Padre Amoroso. Él sabía que no iba a ser fácil, que nos íbamos a necesitar los unos a los otros. Yo te necesito. Tú me necesitas. Esa es la razón de ser de la Iglesia.
Y tal vez, solamente tal vez, si un número suficiente de ustedes viniera a la iglesia, los cosas serían un poco más fácil para el grupo demográfico al que perteneces – y para el mío. El sentirse visible y apreciado. Actuar con justicia, amar tiernamente y caminar humildemente con nuestro Dios – de una manera mucho más efectiva y gozosa por el hecho de caminar juntos.

Respetuosamente,
Camerin
P.D. para los Hombres que Sí van a la Iglesia:
No, no te veo como un pedazo de carne sentado allì en la banca todos los domingos. A nombre del Cuerpo de Cristo, gracias. De verdad. Gracias por venir, por ser un miembro vital de la familia de la fe. Por dar tu tiempo y tus talentos para el bien común. Por obedecer fielmente el mandamiento de Dios de reunirnos en Su Nombre, aunque a veces sea difícil.
También te pido una disculpa. Por las veces en que nosotras las solteras te ignoramos, no te apreciamos, te vemos solamente como un posible prospecto para el matrimonio (o no), no manejamos tu interés romántico con honestidad e integridad o fallamos en darte oportunidades para servir y dirigir. Sé que hay muchos hombres solteros en la iglesia que sufren debido a lo que nosotras sus hermanas solteras hacemos o dejamos de hacer. Y por eso, lo siento mucho.
Si tú eres una de esas personas que entra a la iglesia sigilosamente hasta el último minuto y sale rápidamente durante el amén final, ¿podrías considerar encontrar un lugarcito donde servir en tu iglesia? Como mencioné anteriormente, necesitamos tus habilidades. Sé que no hay muchas puertas abiertas para hacer esto, pero quizá si unos pocos más como tú expresan interés en servir y dirigir, unas pocas oportunidades más se abrirán. Estamos perdiendo mucho sin ti.
Y si tú estás en una de esas iglesias en la que ser soltero – y especialmente un hombre soltero – es fácil o increíble, por favor, por favor, por favor invita a tus hermanos solteros. Tú puedes hacer que vengan a una comunidad de una manera mucho más auténtica y sana que nosotras las mujeres. Los hombres solteros fuera de la iglesia necesitan que seas una influencia positiva en sus vidas, para abrir las puertas a esos miembros de la familia que nos hacen falta. Y nosotros el resto de la iglesia te vamos estar eternamente agradecidas por ayudar a que el Cuerpo de Cristo esté completo.

Dios existe y yo me lo encontre!!!

En la sección de páginas interesantes encontrarás el testimonio de André Frossard, Ateo por familia, encontró la fe a los 20 años, encontró a Dios sin buscarlo.
Frossard escribió el libro de su conversión, Dios existe. Yo me lo encontré, que mereció el Gran Premio de la literatura Católica en Francia en 1969, y que se convertiría en un best-seller mundial.

viernes, 4 de abril de 2008

Ahora que se acerca el 10 de Mayo muchas felicidades Madrecitas.

Madres invisibles.

Hay días en que se siente el peso cuando eres madre de familia; hay días en que todo te fastidia, como cuando estás en el teléfono y uno de los chicos entra a decirte que si lo puedes llevar a tal lado, ó que si le das esto ó aquello, como si no fuera obvio que en ese momento estás ocupada; por dentro piensas qué no ves que estoy en una llamada?, obviamente no, ni lo toman en cuenta; igual si estás cocinando, ó limpiando el piso, ó poniendo la ropa en la lavadora; parece que fueras una persona invisible; la mamá invisible.

Algunos días se siente como si fueras solo un par de manos….me arreglas esto?, me abres esto?, me amarras acá?, me abotonas….?; otros días me he sentido un reloj que solo da la hora….ó la guía del sky…en qué canal está el Disney channel?...
Otras veces he estado segura de que estas manos que alguna vez sostuvieron libros entre sus manos, hicieron excelentes trabajos en la universidad, y recibieron el título universitario se han perdido entre huevos fritos, arroz y guisados, lavadoras y el volante del auto.

Una noche asistí a una reunión de amigas para dar la bienvenida a una de ellas que volvía de un viaje increíble; estaba ahí sentada y en un momento empecé a comparar mi vida con la suya y no pude dejar de compadecerme; de pronto ella se me acercó con un paquete envuelto para regalo y me dijo: te traje este libro de las mas hermosas catedrales en Europa; de repente no entendí porqué me lo había traído; llegué a mi casa, lo abrí y la dedicatoria era: "A _____ con admiración, por la grandeza de lo que está construyendo cuando nadie la ve."

En los días posteriores me devoré el libro, y descubrí en él verdades que cambiaron mi vida.

Nadie puede decir con certeza quienes construyeron estas magníficas catedrales, no se tiene registro de sus nombres. Estos constructores trabajaron toda su vida en una obra que nunca verían terminada; hicieron grandes esfuerzos y nunca esperaron crédito, Su pasión por el trabajo era alimentada por su fe y por la convicción de que nada escapa a la mirada de Dios.

El libro cuenta la anécdota de un hombre poderoso que fue a supervisar la construcción en una de estas catedrales y se encontró con uno de los trabajadores que tallaba un pajarito en una de las vigas de madera que sostendrían el techo, curioso le preguntó que porqué perdía su tiempo tallando esa figurilla en una viga que nadie vería ya que sería cubierta con yeso y le respondió: "porque Dios si lo ve".

Cuando terminé el libro, todo tuvo sentido; fue como si escuchara la voz de Dios murmurando en mi oído: "ya ves, hijita, ningún esfuerzo ó sacrificio que haces pasa desapercibido a mis ojos, aún cuando estés realizando tus labores en soledad; ningún botón que pegues, ningún huevito revuelto que hagas es un acto demasiado pequeño para que yo no lo vea y eso me haga sonreír. Estás construyendo una gran catedral, solo que ahora no puedes ver en lo que tus esfuerzos se convertirán."

Ahora entiendo que ese sentimiento de "invisibilidad" que sentí no era una aflicción, era el antídoto para mi egoísmo y mi orgullo; era la cura para el querer estar siempre en el centro.

Me ha ayudado mucho a ubicarme el verme a mi misma como una constructora. El autor de este libro dice que en la actualidad no se construyen este tipo de edificios porque ya no hay personas con ese espíritu de sacrificio que estén dispuestas a dar su vida en una labor que a la mejor nunca vean concluida.

Cuando pienso en eso, solo deseo que cuando mi hijo invite a sus amigos a la casa, no les diga: "te invito porque mi mamá se levanta a las seis am a hacer unos pays deliciosos, además plancha personalmente los manteles en los que nos sirve la comida y trapea a rodilla la sala y comedor", porque eso sería estarme construyendo un monumento a mí misma; no, lo que deseo desde el fondo de mi corazón es que mi hijo les diga: "te invito a mi casa porque ahí te la vas a pasar muy bien", Mi meta es hacer de mi casa un verdadero hogar, un lugar a donde mis hijos quieran llegar porque puedan estar felices y relajados y que por esa razón, quieran traer a sus amigos.
Como madres de familia, estamos construyendo grandes catedrales; mujeres y hombres de bien; almas que vayan al cielo y lleven entre sus manos a todos los suyos.
Mientras laboramos no podemos estar absolutamente seguras si lo estamos haciendo bien, pero un día, es muy posible que el mundo se maraville, no solo por lo que habremos construido, sino por el bien y la belleza que habremos aportado por todo el trabajo silencioso de las "madres invisibles".

Dios te bendiga.

martes, 1 de abril de 2008

Sábado de Gloria Marzo 2008

Sábado de Gloria Marzo 2008

¿Qué significa morir?, ¿Qué significa resucitar? Hoy lo voy a explicar mediante una carta de una muchacha que resucito espiritualmente

"Antes de ir a aquel retiro, mi vida era horrible, la estaba llevando en tal forma que era en verdad de dar tristeza. Era una niña con solo 16 años, y ya sin alegrías ni ilusiones, ya decepcionada de la vida. Pero era obvio llegó el día en que me sentí asqueada de todo y empecé a sentir un vacío enorme. Algo me hacia falta. Pensé que ese vacío lo llenarían mis amigas, las fiestas, conocer niños nuevos. Acababa de terminar con mi novio. Y así lo hice: salía mucho, conocí miles de niños, pero yo, seguía igual. Antes los estudios me llenaban bastante, pero en esos momentos ni el estudio llenó aquel vacío tan horrible. Era desesperante, nada me gustaba. Llego el día en que Dios me llegó directamente, porque decir que nunca me había buscado, sería una mentira. Me insistió y mucho, pero yo preferí vivir mi vida sin ÉL. Pero como decía, me habló, me hizo ver directamente que ahora tenía de nuevo los dos mismos caminos que antes ya había tenido: con Él o sin Él. Obviamente esta vez lo escogí a Él. Fui a hablar con el padre que dirigía el retiro, y después de insistirle mucho, me dejó ir. Fue el día de mi cumpleaños, es por eso que yo digo que nací a los 17 años. ¡Que día!, increíble, volví a nacer, pero con la conciencia de que tenía mucho que hacer. Y así empezó mi cielo, que hasta ahora sigo viviendo y nadie ha podido convertirlo en un infierno. Es algo maravilloso, porque desde que fui todo es diferente. Cristo me ha dado un ideal por el cual vivir. Antes estudiaba por un MB, ahora estudio por Él; antes me reía pero por tonterías, ahora porque sé que cuento con Él; antes era una niña responsable pero sólo ante mi misma, ahora lo soy ante Dios, ante los demás, ante Cristo. Antes lloraba y ahora también lloro; antes por falta de Cristo y ahora por que lo adoro, es decir de felicidad. Claro, he tenido problemas, pero con Cristo todo lo he podido solucionar. Ahora hasta los problemas los veo como una bendición, porque he aprendido a exigirme. No sé cómo explicarme, sólo me sale decir que es extraordinario: para mi Dios lo es todo, y si a mi me dijeran déjalo, preferiría morirme en ese momento, ya que sin El me perdería, no sabría que hacer, perdería a Cristo y mi felicidad. ¿Por quién lucharía entonces? ¿por mi? ¿para qué?

Esta es una de las lecciones más grandes que he recibido de alguien. Verdaderamente me estremecí por ser esta chica una adolescente, de la cual según los adultos creemos que no saben lo que quieren.

Resucitar espiritualmente es algo tan real como la alegría de vivir, de ser feliz como un niño. Es tener una razón para existir, para sufrir, para amar eternamente.

lunes, 3 de marzo de 2008

viernes, 29 de febrero de 2008

Cuaresma

Dios en la maleta



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Durante estos días muchas personas toman sus maletas y se trasladan a otros lugares. Todo ello con la intención de descansar y pasar un tiempo de vacaciones. Siempre es bueno hacer una lista de lo que queremos llevar en el equipaje, no sea que olvidemos lo más importante. Te animo a que no te falte lo fundamental. Te invito a que metas a Dios en tu maleta, sí has leido bien. Mi deseo es que Él te acompañe durante estos días, ya salgas fuera o permanezcas en tu lugar habitual de residencia.

El tiempo de verano te permite dedicar más tiempo a los demás. También Dios espera que le dediques más tiempo de lo que habitualmente haces durante el resto del año. Un rato sosegado para leer la Palabra de Dios, la eucaristía dominical, un momento de soledad en el campo o en la playa, un día de retiro en un monasterio, unos ojos abiertos a descubrir los signos de Dios en tu vida…Son botones de muestra de todo aquello que te permite ensanchar los pulmones del alma, para que entre en ellos la brisa suave del Espíritu. La imaginación y la cretatividad te ayudarán a pensar en muchas otras actividades, además de éstas.

Al finalizar cada eucaristía despido personalmente a la puerta a cada uno de los feligreses. Ahora en verano, algunos me dicen que estarán fuera y que no les veré a la semana siguiente en la celebración dominical. Yo siempre les digo: “Recuerda, que allá donde vayas siempre hay una comunidad cristiana que celebra la eucaristía, únete a ella”. Parece un consejo que fuera redundante, pero no lo es. Existe una mentalidad de rebajas en muchas personas, quienes creen que la fe también toma vacaciones, lástima de ellas porque cortan las alas a su propio crecimiento personal y cristiano.

Así que, ya sabes si preparas el equipaje estos días, no olvides meter a Dios en la maleta.


Día de la Candelaria 2 de Febrero del 2008

Día de la Candelaria 2 de Febrero del 2008